Hace unos días, un emprendedor negociando su ronda de inversión, me comentó la sugerencia de…
Una de las primeras gestiones habitualmente asociadas al nacimiento de una empresa es la de arrendar el local u oficina donde se llevará a cabo la actividad.
Sorprendentemente, a pesar de la trascendencia que tiene este contrato, en muchas ocasiones no se presta apenas atención a su contenido, más allá de negociar la renta mensual y la duración del contrato.
A la hora de firmar un contrato de arrendamiento es importante analizar bien su clausulado, pues puede implicar desde costes no previstos a limitaciones para el desarrollo de la actividad o incluso responsabilidades personales de las que no siempre se es plenamente consciente.
Todas las cláusulas de un contrato de arrendamiento de inmueble para uso distinto al de vivienda son negociables, y una correcta negociación nos evitará sorpresas futuras.
Por ello es muy conveniente contar con un abogado que nos acompañe en la negociación y nos explique qué cláusulas son las más importantes y qué enfoque puede dársele a cada una de ellas en función de nuestros intereses, negociando con la otra parte todos los extremos.
No obstante, por si quieres conocer las cláusulas más habituales del contrato de arrendamiento, he decidido compartir un modelo con anotaciones a su contenido, de tal forma que te servirá para comprender mejor su alcance y discernir qué cláusulas serán más importantes en tu caso a la hora de negociar el texto definitivo del contrato.
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