Hace unos días, un emprendedor negociando su ronda de inversión, me comentó la sugerencia de…
El arbitraje es una forma de resolución de conflictos extrajudicial y consiste en que las partes someten la solución de su disputa a un árbitro, mediante un procedimiento que sí bien es similar al judicial en su formulación (presentación de una solicitud o demanda de arbitraje, respuesta de la otra parte, práctica de prueba y resolución final, mediante laudo en lugar de sentencia) supone diversas ventajas entre las que se encuentran una mayor confidencialidad de todo el procedimiento y, sobre todo, la mayor rapidez en su resolución.
No hace falta explicar que para una startup puede resultar dramática la lentitud de nuestro sistema judicial en la resolución de los asuntos (fundamentalmente causada por una evidente sobrecarga de los juzgados, pero ese es otro tema…); el sometimiento a arbitraje atenuará ese lamentable efecto, pues los plazos de resolución del conflicto se reducen sensiblemente.
El arbitraje se realiza ante una corte de arbitraje (existen varias) y normalmente las partes dejan definido en el pacto tanto el órgano al que encomendaran el arbitraje como la modalidad del mismo (puede ser de equidad o de derecho) y el número de árbitros (uno o tres).
Esta entrada tiene 0 comentarios